REFLEXIONES ANALITICAS
Focus: Conocimiento
Fecha: 15/09/2006
Poco a poco, con dificultades, superando estragos de naturaleza instintual, la razón se abre paso como instrumento de reflexión.
Algunos han encontrado en la redescubierta “inteligencia emocional” una coartada para negar las potencialidades de la “inteligencia racional”. Es pura ignorancia. Ambas se complementan, se ayudan mutuamente, se fortalecen cuando funcionan de una forma integrada.
Cuando alguien te hable mucho de la “inteligencia emocional” es que va escaso de la otra.
Pero existe otra trampa de carácter metodológico que puede desbaratar, desde su propio interior, el progreso de la razón y su voluntad de comprender científicamente los fenómenos.
Esa trampa se oculta en el procedimiento. Cuando nos enfrentamos a un hecho de cualquier naturaleza, procedemos a romperlo en categorías de análisis y luego buscamos la relación entre estas categorías. Es decir, analizamos las partes para comprender el todo.
El problema surge cuando aceleramos el proceso de tal forma que trabajamos con “lo que nos encontramos” y no con lo que deberíamos haber definido de antemano.
Frente a la realidad, siempre más compleja de lo que parece a simple vista, hay que identificar como paso previo las dimensiones explicativas (a modo de hipótesis) y luego, sólo luego, romper o deconstruir esa realidad.
Así seremos capaces de hacer un buen trabajo analítico y proceder después a nuestro proyecto de síntesis.
Puedo asegurar que merece la pena el esfuerzo.
« volver