SMALL IS BEAUTIFUL

Focus: Economía
Fecha: 06/06/2019

El resultado de las elecciones en la Cámara de Comercio de Barcelona, que ha dado un triunfo abrumador a la candidatura Eines de País, es una señal contundente de que los tiempos están cambiando, mal que le pese al Estado profundo y a sus representantes en Catalunya.

Estos últimos estaban acostumbrados, y todavía lo están, a gobernar las instituciones civiles, que representan al conjunto de la sociedad, como si fueran un cortijo de su propiedad. Por eso dieron por sentado que mantendrían sus poltronas, y el fracaso les ha sorprendido.

Son tan necios que no comprenden que las cámaras, no sólo la de Barcelona, son la plataforma común a la que deberían tener acceso todas las empresas del país, cualquiera que fuera su sector de actividad, tamaño y  condición jurídica.

Y en Catalunya hay aproximadamente 630.000 empresas, de las que un 56% son autónomos (sin asalariados), un 38% tienen entre uno y diez empleados, un 4,5% entre diez y cincuenta, un 1% entre cincuenta y doscientos y un 0,5% más de doscientos. Y hasta ahora y durante largos años (por no decir todos) los representantes de este último minoritario grupo (el 0,5%) han utilizado las cámaras únicamente para defender sus propios intereses.

Justamente esa exquisita minoría es la que desde siempre controla la junta del Círculo de Economía de Barcelona, que es presentada por los medios como la representación de los empresarios catalanes. Este empacho de desinformación demuestra la falta de rigor de nuestros comunicadores profesionales, que en una mezcla de ignorancia y vaguedad simplifican la materialidad de los hechos. Si preguntaran al citado 94% de los empresarios (los que forman los primeros dos bloques descritos) se darían cuenta de que no han ido nunca a Sitges ni antes a la Costa Brava, lugares en los que el Círculo acostumbra y acostumbraba a celebrar sus glamurosas reuniones. Y puedo asegurarlo porque yo, por razones profesionales, he sido miembro del Círculo durante muchos años.

El cambio de signo de la Cámara de Barcelona me ha recordado un período de mi vida en el que Scott Bader cedió la licencia de resinas de poliéster al grupo industrial químico donde yo trabajaba.

El vínculo con Scott Bader, una empresa atípica que practicaba y practica un capitalismo socialmente responsable (lo que parece un oxímoron), me permitió conocer sus orígenes cuáqueros y, especialmente, el papel que jugaba en su junta de gobierno el gran economista alemán Ernst F. Schumacher.

Schumacher fue conocido internacionalmente por defender en todos los ámbitos, y también en el empresarial, su teoría de que “lo pequeño es hermoso”. Su libro con este título, editado en 1973, llevaba un subtítulo muy esperanzador: “un estudio de la economía, como si la gente importara”.

Schumacher rompió el discurso de la corriente dominante, que había sido validada después del fordismo, y que consistía en proclamar las ventajas del tamaño (cuanto mayor, mejor). Argumentaban que mediante ello se conseguían economías de escala con la consiguiente reducción de costes, aprovechamiento de recursos, sinergias, etc. La verdad es que lo que en algunas ocasiones y en determinados sectores tenía sentido, no se podía generalizar. La realidad económica es mucho más compleja como para liquidarla a base de fórmulas simplistas. Luego aparecieron las estrategias de segmentación, especialización y focalización, que completaban el abanico de opciones.

Años más tarde, el gran sociólogo británico Charles Handy, con gran experiencia como alto directivo en una multinacional del petróleo, hizo trizas el modelo “big business” en su interesante ensayo The Elephant and the Flea(el elefante y la pulga), cuya edición española prologué en el 2002. Y para verificar que la estructura empresarial en Catalunya es la habitual en el entorno europeo, hay que recordar que el propio Handy indicaba que a finales de los noventa el 89% de las empresas británicas tenían menos de cinco empleados. En un mundo en el que la tasa de cambio del entorno y la rapidez de ese cambio son cada vez mayores, las pulgas sobreviven y el parque de elefantes es cada vez más escaso, lo que indirectamente conduce al nefasto oligopolio. Y esto es así aunque los portavoces de los lobbies paquidérmicos declaren lo contrario, como vemos repetidamente en las propuestas de los cenáculos del Foment del Treball, Círculo de Economía, servicio de estudios de CaixaBank y entes similares.

Ocupar estratégicamente y de forma democrática los centros de poder económico-empresarial es el único camino para alcanzar los objetivos que se proponen los independentistas catalanes.

Y hay que hacerlo sin prestar atención a la dimensión, porque small is beautiful”.

 

 

“TERRICOLES” – BETEVÉ.  03/06/19

Lluís Reales conversa amb l’Alfons Durán-Pich, que presenta el llibre l’Oligarca camuflat.

http://www.alfdurancorner.com/videos/presentacio-llibre-loligarca-camuflat.html

 

Alf Duran Corner

 

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