TACTICISMOS
Focus: Política
Fecha: 17/02/2006
No forman parte de una estrategia a largo y, en la mayoría de los casos, se producen como respuesta a las condiciones de un entorno turbulento.
El señor Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno central, no sólo tiene que pechar con las andanadas de la extrema derecha (la derecha en España no sabe no contesta), sino que tiene que lidiar con sus “flechas y pelayos” propios, muy abundantes en la vieja guardia del Psoe, que no tienen la cautela de recordar el sabio consejo de “no romper el silencio si no es para mejorarlo”.
En un hábil movimiento táctico, el señor Rodríguez Zapatero ha visualizado un “pacto” sobre el Estatuto catalán con el señor Más, presidente de la coalición Convergència & Unió y representante de la derecha democrática y periférica.
Incluso ha permitido que los voceros del nuevo equipo en el poder, apunten la posibilidad de un pacto de legislatura con C & U, e incluso de una presencia futura en un gobierno de coalición con el Psoe.
De esta manera, se aparta del escenario a Esquerra Republicana (partido demonizado por el nacionalismo español), que ha pecado de ingenuo y ha caído en su propia trampa.
Pero los movimientos tácticos son peligrosos y pueden transformarse en un boomerang.
O es que alguien ha preguntado a los millones de electores catalanes que llevaron al poder a la coalición de gobierno en las últimas coaliciones autonómicas, qué piensan de todo esto?.
Es que a esa mayoría les puede satisfacer que los intereses del gobierno central puedan determinar una vuelta de C & U al gobierno de la Generalitat?.
Es que se creen que el estatuto “light” al que se ha llegado alcanza los standards mínimos que surgieron del Parlament?.
Mientras la extrema derecha siga recogiendo firmas, alguien debe tomar las riendas del Estado, huir de la facilidad de los movimientos tácticos y del cortoplacismo, cortar de raíz las declaraciones de sus coroneles y apostar por una visión republicana de la sociedad.
Y el señor Rodríguez Zapatero tiene la capacidad para hacerlo.
Ahora sólo falta que lo haga.
