TERRORISMO VIENE DE TERROR

Focus: Sociedad
Fecha: 10/10/2023

Como siempre los medios occidentales hacen una lectura sesgada, limitada y escasamente documentada del conflicto que ha estallado de forma espectacular en el Medio Oriente, y en particular en Israel y en las zonas ocupadas del territorio palestino. El conflicto no es nuevo, aunque en este caso la población civil del Estado de Israel ha sufrido unos daños similares a los que habitualmente sufren los ciudadanos palestinos. La hipocresía de las manifestaciones de horror ante los hechos ocurridos es la misma que expresaron los militares americanos cuando el general Custer y su séptimo de caballería fueron liquidados por una alianza de tribus “indias” en Little Big Horn (1876). Esos mismos militares habían estado exterminando poblaciones enteras de indígenas sin que nadie se sintiera incómodo. En las guerras siempre hay muerte y destrucción, y los más perjudicados no son precisamente los que las alimentan, las planean y las inician. El Estado de Israel y sus sucesivos gobiernos han estado liquidando sistemáticamente cualquier brote que consideraran afecto a los derechos de los palestinos. Han hecho lo que han querido, con el beneplácito del gobierno de Estados Unidos y de sus fieles acólitos europeos. No debería sorprendernos lo ocurrido ahora.

Teníamos una guerra (la de Ucrania) y ahora tenemos dos. Se podrían haber evitado. Se han estimulado. Los resultados están sobre la mesa. Seguramente que el conflicto al que ahora nos referimos se cerrará oficialmente a corto plazo. Es un conflicto de David contra Goliat. Por cada muerto israelí matarán a cien palestinos o a mil. Casi no se notará porque la franja de Gaza “está superpoblada”, como diría un cínico. Pero se cerrará en falso y nos afectará a todos, menos a los fabricantes de armas y a sus lobbies interesados. Se explotará de nuevo el miedo: “Hay que armarse para poder defenderse del terrorismo”. Son unos inútiles y unos bastardos. Y no porque no conozcan a su madre, sino porque se lo están ganando a pulso.

Para comprender las bases de lo ocurrido hay que dar una mirada hacia atrás, donde los hechos se explican por sí solos.

 

▪ En 1917 el gobierno británico, para obtener el apoyo judío en la I Guerra Mundial, se comprometió en ayudar al establecimiento de “un lugar para los judíos” (declaración de Balfour). Al final el lugar elegido fue la Palestina controlada por el imperio turco.

▪ En 1948 nació el Estado de Israel, con el apoyo mayoritario de las Naciones Unidas.

▪ Desde 1948 a 1967 los territorios palestinos no ocupados por Israel (Cisjordania y la franja de Gaza) fueron administrados por Jordania y Egipto.

▪ En 1967 una coalición de países árabes (la República Árabe Unida - ahora Egipto -, Jordania, Siria e Irak) respondió militarmente a un ataque preventivo del ejército israelí, que dicen pensó que los árabes estaban preparando una invasión. La guerra duró seis días y la victoria de Israel fue total. Como botín de guerra, Israel se quedó, entre otros territorios, Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. Algunos analistas han interpretado con el tiempo que la “Inteligencia israelí” preparó el terreno meticulosamente para conseguir esos objetivos  y los líderes árabes cayeron en la trampa.

▪ Las Naciones Unidas siempre han considerado que los territorios ocupados por Israel lo fueron ilegalmente.

▪ Israel cuenta en la actualidad con una población de nueve millones y medio de habitantes, de los que siete son judíos y dos árabes, incluidos los asentamientos judíos en la Cisjordania ocupada.

▪ Los gobiernos europeos y también el norteamericano no han sido capaces de superar el “complejo de culpa” por no haber atajado de raíz el desarrollo del nazismo, que llevó al holocausto. Esto ha supuesto un grado de permisividad abusivo que el Estado de Israel ha utilizado a su antojo. No hay que confundir a la etnia judía con el Estado de Israel y sus gobiernos.

▪ El gran aliado de Israel es el Estado norteamericano. Se estima que en términos de ayuda (sobre todo militar), Estados Unidos ha concedido a ese país ciento sesenta mil millones de dólares hasta la fecha. Estratégicamente Israel es el gran portaviones americano en el Mediterráneo.

▪ La población árabe de Cisjordania es de tres millones de habitantes, la mayoría de religión sunita.

▪ El 60% del territorio de Cisjordania está bajo el control civil y militar de Israel, que vigila los movimientos de la población de forma estricta. El resto está bajo la dirección limitada de la Autoridad Palestina (Al Fatah), que hace tiempo abandonó la lucha armada.

▪ Para el gobierno israelí los derechos históricos reflejados en la declaración de Balfour justifican el control de Cisjordania.

▪ Cisjordania tiene una superficie aproximada de 5.900 kilómetros cuadrados.

▪ La franja de Gaza es un territorio alargado y estrecho, a las orillas del Mediterráneo, al noreste de la península de Sinaí, que ocupa 363 kilómetros cuadrados. En ese espacio se “amontonan” dos millones de habitantes, la gran mayoría sunitas.

▪ Al Fatah, en las mismas condiciones que Cisjordania (una autonomía controlada) gobernó la franja durante muchos años, hasta que en el 2006 Hamas ganó las elecciones. En la actualidad es el único poder real en la franja y aplica con rigor la ley islámica.

▪ Hamas nunca ha reconocido al Estado de Israel. Su brazo militar ha ejecutado acciones continuadas contra ese Estado, sin que hasta el momento esas acciones hayan significado impactos severos. Cada una de estas acciones ha tenido por parte de Israel una respuesta demoledora (física y militar) contra la franja.

▪ En términos de teoría política, la situación de todos los territorios ocupados responde al modelo “apartheid”, que durante muchos años estuvo vigente en Sudáfrica. Gaza es un gran campo de concentración.

▪ En el 2019, 138 de los 193 miembros de las Naciones Unidas dieron apoyo a la causa palestina, aunque en términos prácticos esto no sirvió para nada. Es un ejemplo más del papel irrelevante de las Naciones Unidas.

▪ Palestina y en especial la franja de Gaza viven de la ayuda humanitaria que cubre las necesidades básicas mínimas de la población. El principal donante es el emirato de Qatar, país con un PIB per cápita de 83.000 dólares. La religión dominante en Qatar es la sunita, que ya hemos citado como la mayoritaria entre los palestinos.

▪ Además de Qatar, Hamas cuenta principalmente con el apoyo de Irán, el Líbano y veladamente de Turquía. El caso de Irán es llamativo, ya que la teocracia que gobierna el país y el conjunto de la población es chiita.

▪ Chiitas y sunitas son las dos grandes ramas del Islam, en continuo e histórico enfrentamiento por razones religiosas.

▪ En el Líbano, el islamismo está repartido entre sunitas y chiitas. En términos militares los chiitas tienen un brazo armado no oficial (Hezbollah) que apoya la resistencia palestina y combate contra Israel en la zona fronteriza entre ambos países. Vemos de nuevo una extraña alianza de chiitas libaneses con sunitas palestinos.

▪ Arabia Saudita es el país sunita de mayor peso y su gobierno autocrático mantiene un equilibrio inestable entre sus intereses económicos y militares (que lo vinculan a Estados Unidos) y su apoyo difuso a la población palestina.

▪ Por último hay una hipótesis (que denominan la “hipótesis perversa”) que empieza a circular entre los analistas de algunos think tanks. La hipótesis se construye sobre el recuerdo histórico de la “guerra de los seis días” (1967). También en este caso la “inteligencia israelí” sabía que Hamas estaba preparando una acción armada y dejó que la  iniciaran para aplicar luego un severo correctivo. Si fue así, se equivocaron. No dimensionaron la acción de los contrarios y han pagado una alta cuota de ciudadanos israelís muertos. Claro que lo ocultarán, nadie dimitirá y sellarán el tema con cantos patrióticos. Es verosímil, pero poco probable.

▪ Con todos estos elementos podemos afirmar que la situación en Oriente Medio es explosiva. Puede estallar en cualquier momento, por cualquier circunstancia y en cualquier territorio. En términos geopolíticos es mucho más grave que el conflicto ucraniano.

 

Como decíamos al principio, terrorismo viene de terror (del latín terror-terroris), que es una sensación o sentimiento de miedo al máximo extremo. Ese sentimiento puede ser subjetivo e individual, o grupal y colectivo. Una persona puede estar aterrorizada pensando que lo echarán a la calle de su piso por no pagar la hipoteca. Hay momentos de terror o estados de terror. El terror se fomenta a través de amenazas, de coacciones, de episodios violentos. Los últimos acontecimientos en Israel, con la actuación de las brigadas de Hamas, fueron momentos de terror para unos ciudadanos israelitas que no podían imaginar este escenario. La vida en la Palestina ocupada es vivir en un estado permanente de terror. Es un terror estructural. Los niños desde que nacen son socializados en el terror. Los kamikazes que se autodestruyen destruyendo a sus enemigos lo interpretan como una liberación del terror. Es una catarsis que el fundamentalismo religioso dulcifica prometiendo una entrada en el paraíso.

La muerte en un enfrentamiento es pasar del ser al no ser. Puede haber miedo pero no terror. La muerte tras una larga tortura es terrorífica. Esto es lo que está ocurriendo en los territorios palestinos. Y esto debe resolverse con mediaciones de quienes tienen poder real para hacerlo. No colocando a un portaviones próximo a las costas del conflicto, como ha hecho la armada estadounidense.

Porque el peor de los terrorismos es el “terrorismo de Estado”, que practican los gobernantes con total impunidad. Y de esto en Occidente tenemos mucho oficio. No somos quién para ir dando lecciones. Desde que el régimen jacobino impuso la “etapa del terror” en la Revolución Francesa (1789), los Estados se han ido sofisticando para continuar ejerciendo el poder desde un terror oculto y disimulado. No solo esto sino que han buscado formas para legitimarse públicamente y ganarse el favor de una población alienada.

Porque como dice el historiador norteamericano Walter Laqueur: 

 

Throwing a bomb is bad,

Dropping a bomb is good;

Terror, no need to add,

Depends on who’s wearing the Hood.

 

No hay terrorismo bueno ni terrorismo malo. El terrorismo es una muestra más de la degradación de la especie humana.

Alf Duran Corner

 

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