THE POINT OF NO RETURN

Focus: Política
Fecha: 27/08/2015

Ese punto en la trayectoria personal de un ciudadano, de una colectividad, de un pueblo en el que no cabe la vuelta atrás porque es física y psicológicamente imposible. Catalunya, en este caso, no tiene otra opción que independizarse. Metafóricamente ha superado desde hace ya muchos años ese código que en el mundo aeronáutico describen como “The Point of Safe Return”, aquel punto que permite a la aeronave retroceder al lugar de origen porque tiene keroseno suficiente en los depósitos. A nosotros se nos ha acabado el combustible.

Se puede argumentar razonablemente que aunque la realidad objetiva sobre la conveniencia de separarse del Estado Español era incuestionable (por cuestiones culturales, lingüísticas, económicas, financieras, etc., en resumen, por una radical diferencia en la interpretación de la realidad –nuestra Weltanschauung-), ha costado tiempo y esfuerzo para que la mayoría de ciudadanos tomaran conciencia de esa realidad y la vivieran como propia. Ese paso ya se ha dado.

Los partidos españolistas (los viejos, los nuevos, la derecha reaccionaria y la izquierda tramposa) continúan con su discurso antidemocrático, tratando de que nos sometamos al imperio de “su” ley, sin entender la lectura contractual de cualquier acuerdo, sin apreciar el carácter cambiante de los pactos con el paso del tiempo, sin prestar la menor atención a la dialéctica histórica.

Pero que no se confundan. Cualquiera que sea el resultado de las elecciones con carácter plebiscitario que se celebrarán dentro de unos días, Catalunya acabará siendo un Estado independiente.

Es por ello que debemos centrarnos en lo nuestro y votar, sin fisuras, a las dos únicas candidaturas que llevan en sus programas el objetivo independencia: “Junts pel Sí” (JS) y la “CUP”. Eso sí, conviene recordar a los antisistema de este último sello político que sus enemigos son los unionistas y no los integrantes de “Junts pel Sí”. Que utilicen sus pullas como corresponde sino quieren traicionar el proyecto independentista. Los únicos “chantajistas” son los que utilizan el miedo como principal argumento contra la secesión. Y estos están en la otra orilla.

En cuanto al resto de candidaturas que presumen de progresistas, no mareemos más la perdiz. Sus opciones son tan ambiguas que, por no tener, no tienen ni el coraje de cruzar el Rubicón.

Alf Duran Corner

 

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