TRILEROS DE LUJO

Focus: Economía
Fecha: 11/04/2023

Que hay mucho dinero en pocas manos hace ya tiempo que lo sabemos. También sabemos que los ahorros de la gente corriente –los que disponen de ellos–  siempre están sujetos al mal uso que puedan realizar las entidades que teóricamente los tienen en custodia. Somos conscientes del riesgo, pero no podemos evitarlo del todo porque el mecanismo regulador de nuestros ingresos periódicos (nóminas, pensiones, rentas, etc.) y de nuestros gastos fijos (hipotecas, alquileres, agua, luz, gas, etc.) está sometido al control de esas entidades. Y esas entidades, que presumen de tecnologías avanzadas, utilizan justamente esas tecnologías para apostar con nuestro dinero en el casino de un capitalismo financializado.

En las últimas semanas se han repetido episodios ya vividos en el 2008 y muchos años atrás sobre este gran fiasco. Después de la quiebra de Lehman Brothers, nadie está a salvo. Hoy Silicon Valley Bank, mañana Credit Suisse, pasado mañana Deutsche Bank y lo que caiga.

Uno se puede preguntar, y ahora ¿qué hago con mi dinero? Depende del volumen, pero en cualquier caso dispérsalo. Asume que no eres un experto y que te pueden vender aire con extrema facilidad. Mi reputado maestro Robert Shiller, desde su cátedra de Mercados Financieros de la universidad de Yale, y mucho antes de que le fuera concedido el premio Nobel de economía, dejó escrito en letras de molde: “Las personas saben menos de finanzas de lo que creen, en parte porque casi todo el asesoramiento financiero que reciben está sesgado, ya que de una forma o de otra tiende a estar a cargo de personas que quieren vender productos financieros”.

El interés del banco pasa por encima del interés del cliente. Puede ser que a veces el agente vendedor se dé cuenta de que la operación no es suficientemente clara o, todavía peor, que oculte un fraude. Tratará de encontrar justificaciones a cualquiera de sus actos. En una ocasión el gran escritor norteamericano Upton Sinclair declaró: “Es difícil que un hombre entienda una cosa cuando su salario depende de que no la entienda”.

Como siempre los problemas de los grandes se solucionan con el dinero del contribuyente. El Banco Central suizo ha dirigido el proceso de absorción del Credit Suisse por el UBS, proceso que legitima un casi monopolio del sector financiero en aquel país. Los accionistas y sobre todo los bonistas del primero perderán dinero, pero es así como funciona o debería funcionar el sistema capitalista. UBS, en principio, respetará los depósitos de los clientes de Credit Suisse.

Y éste último aspecto es el más importante para el ahorrador. Porque cuando abrimos una cuenta en un banco firmamos muchos papeles, pero raramente prestamos atención a su contenido. Nos fiamos de ellos.

En este ámbito Estados Unidos va muy por delante del resto. Mientras que el Fondo de Garantía de Depósitos del Estado español, por ejemplo, limita la cobertura a 100.000 euros por cuenta, el Federal Deposit Insurance Corporation (FDIC) asegura hasta 250.000 dólares. Esta misma semana y en el caso del Silicon Valley Bank ha llegado hasta los 500.000 dólares debidamente justificados. Esto viene de muy lejos pues el FDIC nació en 1933, tras la Gran Depresión, de la mano de Franklin Delano Roosevelt. Y es justo añadir que la banca privada norteamericana y las grandes aseguradoras que fueron rescatadas por el Tesoro del Estado, han devuelto en general las ayudas recibidas, hecho que no ha ocurrido en Europa, y todavía menos en España.

Ya sabemos que la inflación erosiona nuestros ahorros, pero en estas circunstancias –que no son coyunturales– apostar por la liquidez es una sana medida. Si te gusta arriesgar mejor que te pasees por las Ramblas, donde los trileros no llevan corbata y tus posibles pérdidas no darán para un par de cafés.

 

 

Alf Duran Corner

 

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