¿ UN ESTADO LAICO ?
Focus: Sociedad
Fecha: 08/10/2004
España debería serlo, pero no lo es. En ocasiones, en demasiadas ocasiones, parece un Estado cuasi teocrático, un Estado sometido a los poderes de una religión que lleva siglos gozando de los privilegios del poder, a larga distancia de su mensaje original de fundamentos cristianos.
La vigente Constitución Española en su artículo 16, apartado 1, declara : “ Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley”. Y más adelante (apartado 3) ratifica : “Ninguna confesión tendrá carácter estatal”.
Resulta una burla a los derechos democráticos que esta voluntad soberana se vea traicionada por la realidad de un grupo de presión que vive gracias a las arcas del Estado, arcas que se nutren de los impuestos de todos los ciudadanos.
Ese mismo grupo de presión que hizo de comadrona de la guerra civil entre españoles y que luego bendijo la causa de los insurrectos.
Ese mismo grupo de presión que recibe anualmente 3.600 millones de euros (600.000 millones de pesetas) del Estado para financiar sus intereses, amparado en un acuerdo o concordato de escasa legitimidad.
Ese mismo grupo que ha pretendido que la religión católica tuviera el mismo peso que las matemáticas en la evaluación de los programas educativos, que considera que los homosexuales sufren una patología, que está en contra del divorcio, de la despenalización del aborto, de la investigación de células madre. Ese grupo oscurantista y retrógrado que sospecha de cualquier avance científico y que se permite el lujo de utilizar plataformas de comunicación, como la Cope, para calumniar cualquier señal de ruptura del statu quo.
El catolicismo, como cualquier otra religión, debe ser respetado desde la privacidad de la creencia. Eso lo saben bien los cristianos de base que luchan desde siempre, con pobres medios, contra la parafernalia del poder vaticanista.
España no será un país moderno hasta que no haya terminado con este lastre histórico.
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