UN ICONO AMERICANO

Focus: Sociedad
Fecha: 04/09/2009

Aprovechando el período vacacional, siempre más reducido en Estados Unidos que en Europa, la empresa Reader´s Digest Association Inc. se ha acogido al capítulo once de la ley de sociedades y ha declarado su bancarrota. Como ésta ha sido precedida por un pacto con la mayoría de los acreedores, lo más probable es que acabe en una suspensión de pagos y pueda remontar el vuelo más adelante.

La enorme deuda acumulada por pérdidas no compensadas, ha hecho que la propiedad cambie de manos, pasando a sus acreedores, que han sustituido deuda por acciones. Ahora el principal accionista es el banco JP Morgan Chase & Co.

Pero la quiebra de Reader´s Digest significa mucho más que una fallida operación económica. Después del caso General Motors, pone de manifiesto el paulatino deterioro del imperio americano y el fracaso del unilateralismo político.

La revista había nacido en 1922 y es todavía la de mayor difusión en Estados Unidos (5,5 millones de ejemplares mensuales y 38 millones de lectores). Además cuenta con ediciones en 70 países y en 21 lenguas, siempre bajo el control editorial de la empresa norteamericana, con pequeñas pinceladas locales. La audiencia internacional añadida es de 40 millones. Es decir, cada mes unos 78 millones de personas se alimentan de los contenidos de esa publicación.

Hay espacios más o menos neutros (salud, hogar, moda, etc.), pero lo nuclear en Reader´s Digest es su acendrada defensa de la patria norteamericana, de las religiones cristianas, de los valores conservadores, del anticomunismo (todavía hoy, tras más de veinte años de la caída del muro de Berlín), de las “buenas costumbres”.

Para los editorialistas de esa publicación, la única teología posible es la reaccionaria y la única teoría económica es el capitalismo. La salvación de los pueblos pasa por acogerse a estos principios.

Los poderes establecidos han encontrado otras plataformas mediáticas para seguir esparciendo su basura (Fox, las televisiones por cable, los telepredicadores) en el territorio americano, y sus asociados en el resto del mundo.

Pero es bueno saber que los íconos más sagrados acaban por los suelos.
Alf Duran Corner

 

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