UNA DE TEBEOS

Focus: Economía
Fecha: 07/09/2017

Dejemos que ese tebeo llamado “El Periódico” siga con sus teledirigidas especulaciones sobre la maldad de los catalanes, y centrémonos en la realidad económica, que es, en último término, la que explica y determina lo que está ocurriendo y lo que puede ocurrir.

“El Periódico” nació en una coyuntura favorable (el tardofranquismo), por la intuición de un hombre espabilado y atrevido (Antonio Asensio), que pronto se abrió camino con un producto para el consumo de masas (muchas de las cuales no eran lectoras habituales de periódicos), en una mezcla de sensacionalismo, populismo de izquierdas, sexo más o menos explícito y reporterismo de perfil bajo.

Y de una forma rápida y desmesurada, Antonio Asensio construyó un pequeño imperio mediático (el grupo Zeta), siempre guiado por el mismo patrón informativo. Como muchos emprendedores, no prestó excesiva atención a la dimensión económica, y pronto se vio abrumado por el peso de la deuda y el papel interventor de algunos bancos. Fueron esos bancos (en especial el Banco de Santander y el Central Hispano), los que con la llegada al poder del PP se ajustaron a los intereses del gobierno y presionaron para que el grupo Zeta vendiera su paquete mayoritario en Antena3 a Telefónica, al frente de la cual el señor Aznar había puesto a su “compañero de pupitre” Juan Villalonga.

Desgraciadamente esa entrada de efectivo no fue suficiente para resolver los desequilibrios de un grupo mal gestionado, con un equipo directivo sobrepagado, que ha ido arrastrando sus problemas económicos hasta la fecha.

La empresa ha sufrido diversas reestructuraciones (reducción de sueldos, bajas incentivadas  –con la ayuda del gobierno de España–  movimiento de plantillas, cierre de proyectos no rentables, liquidación de activos, etc.). La última operación ha sido la venta de Ediciones B a Penguin-Random House, que ha dado cierto alivio a las tensiones de tesorería.

De momento la banca ha refinanciado la deuda de 99 millones de euros hasta el año 2022, pero exige seguir reduciendo costes, lo que significará la continuidad en el proceso de bajada de salarios en su principal cabecera (El Periódico), que irá desde un 16% este año a un 13% en el 2019, y una reducción de jornada del 10%.

Pero el problema de fondo no se resuelve. Y eso que hace tiempo que, en paralelo, el grupo está en venta y no encuentra comprador, a pesar del esfuerzo de los intermediarios profesionales (banca de inversión).

Su balance consolidado presenta desequilibrios de difícil solución. Lo razonable sería declarar concurso de acreedores y así evitar la quiebra. Y si esto no ocurre, será porque la Administración Pública (la Hacienda y la Seguridad Social son sus grandes acreedores, junto a la banca) mantiene sorprendentemente una actitud pasiva. Debemos preguntarnos por qué.

No hace falta ser muy listo para darse cuenta de que la agresividad de “El Periódico” contra el movimiento independentista catalán, e incluso contra el derecho de los ciudadanos catalanes (sean o no independentistas) a expresar su opinión en un referéndum, está condicionada por su pesada losa financiera, controlada de manera implícita por el gobierno central.

Que “El Periódico”  –y esto no es nuevo–  cuente entre sus colaboradores con una nutrida selección de nacionalistas españoles, izquierdistas de oficio y otras gentes de similar ralea, no hace más que cerrar el círculo de los porqués.

Quizás lo más grave es que el corporativismo dominante entre los periodistas catalanes no ayude a esclarecer la verdad de los hechos e incluso permita que ese “periodismo canalla” utilice plataformas públicas y privadas para defender sus delirios.

El auténtico periodismo de investigación es otra cosa. Para distraerse en la sala de espera del dentista, ya tenemos el “Hola”  –un tebeo más “light”-  y sus sucedáneos.

Alf Duran Corner

 

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