UNA VERGÜENZA

Focus: Sociedad
Fecha: 09/10/2020

Me gusta el fútbol como espectáculo deportivo, siempre que el juego lo merezca. Será por eso que prefiero la liga inglesa, donde el juego es más abierto e imaginativo. De la liga española/Santander solo veo los partidos del Barça, siempre que cumplan mis expectativas. No se trata de que ganen o no; se trata de que jueguen bien. Como llevan unos años jugando mal, a veces muy mal, lo dejo a los diez minutos. En los noventa dispuse de un palco, ya que la compañía de la que era consejero delegado tenía uno. Fui muy poco; no me gustan las multitudes. No he sido nunca socio.

Hago esta introducción personal para dejar claro que no me mueve la pasión del culery trato de objetivar el análisis tanto como puedo, como hago siempre.

De adolescente fui a la inauguración del Camp Nou y todavía guardo unas enseñas. Fui con otros muchachos de mi edad que compartían mi compromiso político antifranquista. Para nosotros era un refugio frente a la ciénaga fascista. Y es que el Barça era ”més que un club”.

Con el tiempo el proyecto se pervirtió y el club se transformó en un negocio, en el que los socios (los auténticos propietarios) recibían a veces un dividendo emocional en forma de títulos, y algunos aprovechados, desde posiciones de poder en las juntas, se llevaban otro tipo de dividendos opacos.

Cuando entró en el poder el bloque de Esade (Rosell, Bartomeu, Bordas, etc.) el deterioro se aceleró. Y en la fase final, las cosas no podían haber ido peor.

Desde una óptica puramente empresarial, la gestión ha sido un desastre. No se trata solamente de cumplir los objetivos económicos (tener un flujo de caja saludable y un balance equilibrado). Se trata, por encima de todo, de satisfacer a los socios-accionistas con un palmarés brillante. Y esto no se ha cumplido.

En los últimos ejercicios se han cometido serios desvaríos, fichando por cifras astronómicas a jugadores cuya prestación ha sido inferior a la de un juvenil de la Masía, cediendo o mal vendiendo a jugadores procedentes de la cantera que han destacado en otros equipos, cambiando de entrenador como el que cambia de corbata, creando malestar contra jugadores y socios en las redes sociales, enfrentándose al jugador estrella que más rendimiento ha dado al club, no cuidando el estado físico y anímico de una plantilla no disciplinada.

Y ahora, como remate final, han tratado de impedir que prosperase una moción de censura contra la junta, con protocolos más que discutibles. Y como no lo han conseguido, han presentado una denuncia (que presenta la Junta y no el Barça, aunque como siempre TV3 no se entera) y lo han hecho acudiendo a la Guardia Civil en la persona del señor Baena, conocido representante de ese cuerpo militar que ya tuvo protagonismo en los informes y declaraciones que coadyuvaron a las duras sentencias contra los líderes políticos catalanes.

Ya que no han podido controlar sus esfínteres, podrían haber presentado esa ridícula denuncia a los Mossos, pues no interpreto que una moción de censura contra una junta de un club deportivo tenga un trasfondo terrorista. Aunque vaya usted a saber.

Imagino que ahora se iniciará el proceso habitual y dependerá del informe del señor Baena, pues según declaró recientemente el abogado señor Melero, los jueces de este país (con algunas excepciones notables) dan por buenos los informes de la Guardia Civil.

Yo soy un simple aficionado. Como ya he dicho, veo el fútbol cuando me resulta grato el espectáculo. Pero debo decir públicamente que su comportamiento me parece deleznable y que me gustaría que los echaran a patadas de unas posiciones en el club que no representan el sentimiento de sus millares de socios.

¿O es que hay alguna zona oscura en las cuentas que tenían que presentar  –y no lo van a hacer–  en la asamblea de compromisarios?

¡Menuda vergüenza!

Alf Duran Corner

 

« volver