VACACIONES ZEN
Focus: Sociedad
Fecha: 23/07/2002
La sociedad occidental, acosada por la prisa (esa forma estúpida del tiempo), se toma las vacaciones como un descanso programado para poder acometer, posteriormente, nuevos desafíos (otro código perverso) en el terreno personal, académico o profesional.
La sociedad occidental cabalga presurosa entre dos territorios inexistentes (lo que fue: el pasado y lo que puede ser: el futuro). Y se olvida de lo único real y verdadero: lo que es.
A los filósofos del Zen sólo les importa el aquí y el ahora.
El pensamiento nos traiciona cuando guardamos en la memoria hechos y personas que nos impiden gozar el presente.
Veamos que dice el Zen: Dos monjes caminan silenciosamente y encuentran a una muchacha que les pide ayuda para cruzar un río. Uno de los monjes toma a la muchacha en brazos y la traslada al otro lado. Luego siguen caminando y el monje que tomó la iniciativa ve en el otro un semblante hosco y poco amigable. Al cabo de un rato le pregunta qué le ocurre. La respuesta es terminante: se nos ha educado para que no tengamos ninguna relación con otras personas y tu has llevado en brazos a esa chica. Ah, contesta el primero, todavía llevas a cuestas a la muchacha. Yo la dejé al otro lado del río hace un par de horas.
Vivimos del pasado y el pasado no existe. Tampoco existe el futuro.
Veamos que dice el Zen: Un monje y su discípulo caminan silenciosamente. Éste le pregunta: maestro, dónde vamos. Y el monje responde: ya estamos.
Cuando logremos deshacernos de nuestros engañosos compromisos con el tiempo, podremos disfrutar de la vida y alcanzar la felicidad.
El más bello ejemplo nos lo ofrece otra sencilla historia Zen: un hombre muy rico sube a la cima de una montaña con su hijo y le dice: mira hijo, todo lo que ves algún día será tuyo. Lo mismo hace un hombre pobre y le dice a su hijo: mira hijo.
Felices vacaciones.
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