A menudo se presume que el tiempo que dedicamos a la Web sale del tiempo que de otra manera pasaríamos frente al televisor...
A menudo se presume que el tiempo que dedicamos a la Web sale del tiempo que de otra manera pasaríamos frente al televisor. Pero las estadísticas indican lo contrario. La mayoría de los estudios sobre la actividad de los medios de comunicación indican que, mientras el uso de la Red ha aumentado, las horas pasadas viendo la televisión también, o como mínimo se han mantenido estables. La tradicional encuesta de Nielsen sobre el seguimiento de los medios de comunicación revela que el tiempo que los estadounidenses dedican a ver la televisión no ha dejado de subir durante toda la era de Internet. Las horas que pasamos delante de la tele aumentaron otro 2 por ciento entre 2008 y 2009, llegando a 153 horas al mes, el nivel más alto desde que Nielsen comenzó a recoger datos en la década de 1950 (y eso sin incluir el tiempo que la gente pasa viendo programas de televisión en sus equipos). También en Europa la gente sigue viendo la televisión más que nunca. La media europea ascendió a más de una docena de horas de televisión a la semana en 2009, casi una hora más que en 2004.
Un estudio de 2006 a cargo de Jupiter Research reveló “un enorme solapamiento” entre el tiempo empleado en ver la televisión y el dedicado a navegar por la Web: el 42 por ciento más ávido entre los aficionados a la tele (quienes ven más de treinta y cinco horas a la semana) también engruesan las filas de los usuarios más intensivos de Internet (aquellos que pasan conectados más de treinta horas a la semana). En otras palabras, el aumento de nuestro tiempo
online ha multiplicado la cantidad total de tiempo que pasamos frente a una pantalla. Según un exhaustivo estudio realizado en 2009 por el Centro para el Diseño Mediático de la Ball State University, la mayoría de los estadounidenses, sin importar su edad, pasa no menos de ocho horas y media al día mirando el televisor de su sala, el monitor de su ordenador o la pantalla de su teléfono móvil. Con frecuencia se utilizan dos o incluso tres de estos dispositivos simultáneamente.
Lo que sí parece estar disminuyendo mientras crece el uso de la Red es el tiempo que pasamos leyendo publicaciones impresas; particularmente periódicos y revistas, pero también libros. Entre las cuatro principales categorías de medios personales, la impresión es hoy la menos utilizada, quedando muy por detrás de la televisión, las computadoras y la radio. En 2008, según la Oficina de Estadísticas Laborales estadounidense, el tiempo que el norteamericano medio mayor de catorce años dedicaba a la lectura de obras impresas había caído a 143 minutos por semana, lo que supone una caída del 11 por ciento desde 2004. Los adultos entre las edades de veinticinco y treinta y cuatro años, que se cuentan entre los más ávidos usuarios de la Red, tan sólo dedicaban cuarenta y nueve minutos por semana a leer letra impresa en 2008, un 29 por ciento menos que en 2004. En un pequeño pero revelador estudio realizado en 2008 para la revista
Adweek, cuatro estadounidenses típicos -un barbero, un farmacéutico, un director de colegio de primaria y un agente inmobiliario- fueron sometidos a vigilancia durante el transcurso de un día para documentar su uso de los medios de comunicación. Los examinados tenían hábitos muy diferentes, pero compartían uno, según la revista: “Ninguno de los cuatro leyó ninguna publicación impresa durante las horas de observación”. Debido a la ubicuidad del texto en la Web y nuestros teléfonos, es casi seguro que leemos más texto hoy que hace veinte años, pero estamos dedicando mucho menos tiempo a leer palabras impresas en papel.
Fuente: Superficiales. ¿Qué està haciendo Internet con nuestras mentes?. Nicholas Carr.Santillana Ediciones Generales.Madrid.2011.
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