Antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) proclamara que la “salud es el estado de bienestar completo, físico, mental y social...
Antes de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) proclamara que la “salud es el estado de bienestar completo, físico, mental y social, y no tan sólo la ausencia de enfermedad o de sufrimiento”, estos pueblos de la selva camerunesa habían comprendido que la salud del cuerpo no podía separarse ni de la prosperidad material ni de la paz social, dando así a la noción de salud una dimensión mucho más amplia que aquella que pudiera abarcar la idea de bienestar fisiológica. La palabra mvoe y su derivado evovoe pueden significar tanto la salud física, la paz y el orden social, como el bienestar material y el carácter suave, dulce y apacible de una persona. Se podría afirmar que, teniendo en cuenta la dimensión polisémica de esta palabra, los evuzok concentran en lo que ella expresa el objeto de sus máximas aspiraciones. El mvoe constituye, en efecto, el ideal por excelencia de la sociedad clánica, un ideal que todos saben que nunca podrá ser alcanzado, pero que será a pesar de ello, el objetivo hacia el cual todos tenderán. Si la “salud” cubre este amplio campo de aspiraciones, su contrario no puede ser tan sólo la enfermedad, sino también todo aquello que se incluye en la categoría negativa del mal o de la adversidad tanto individual como colectiva, física o moral.
Teniendo en cuenta este punto, comprenderemos más fácilmente por qué, en estos pueblos, el concepto de “medicina” abarca un campo mucho más amplio que el nuestro. Los terapeutas -si este término sirviera realmente para expresar la realidad evuzok- no se proponen sólo curar el cuerpo humano, ni siquiera únicamente el cuerpo y el espíritu, como pretenden aquellos autores que ven en estas prácticas el mejor ejemplo de las medicinas psicosomáticas, sino que también se proponen “curar” todo lo que se opone al bienestar, al prestigio, al éxito personal, intentando, al mismo tiempo, eliminar todo aquello que de alguna manera se opone a la paz y al orden social. Así pues, aquello que designaremos con el nombre de medicina no es otra cosa que un aspecto particular de una visión mucho más amplia del hombre y de la sociedad. De ninguna manera habríamos podido estudiarla sin integrarla en un contexto más amplio, que tomara en consideración la visión del universo físico (sobre todo en su dimensión más concreta de su entorno vegetal), del hombre (tomando en cuenta sus principios constitutivos) y de la sociedad en la cual este último nace, vive y muere, permaneciendo después, de alguna manera, presente entre sus descendientes.
Fuente: Soy hijo de los evuzok. Lluís Mallart. Editorial Ariel. Barcelona. 2007.
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