<b>Consultores</b> y <b>auditores</b> siempre han andado un poco a la greña...

Consultores y auditores siempre han andado un poco a la greña. Los primeros consideran que el trabajo de los segundos es muy rutinario y poco comprometido, en tanto que los segundos piensan que los primeros pretenden vender fórmulas mágicas y no se enteran de lo que ocurre de verdad en las empresas.

Hay una vieja historia, con versiones diferentes, sobre consultores y auditores. Ésta es mi versión:

«…se cuenta que en una ocasión un ciudadano volaba felizmente en un globo aerostático. Observaba campos, ríos, riachuelos, aves de distinta condición y presencia. El espectáculo era maravilloso…

Pero súbitamente una fuerte ráfaga de viento hizo que el globo perdiera altura y fuera descendiendo a trompicones, con el consabido susto del navegante. Finalmente chocó con las ramas de un árbol, lo que propició una caída más atemperada…

El ciudadano sin apenas magulladuras, salió de la cabina y vio que corría hacia él una persona para prestarle ayuda. Por suerte, no era necesario…

Superado el momento, el navegante le preguntó al recién llegado si le podía decir dónde estaba, a lo que éste replicó con precisión: Estamos en medio de un páramo, a una altitud de 530 metros; la zona es abundante en helechos; la humedad ambiente es del 60%; la temperatura raya los 25 grados Celsius y el pueblo más cercano está a 8,3 kilómetros…

No será usted auditor, preguntó el del globo. Sí, contestó el otro, ¿cómo lo ha adivinado? Muy fácil, porque ustedes dan mucha información y la mayor parte no sirve para nada…

La réplica del otro fue inmediata: ¿no será usted consultor? Sí, contestó el primero. ¿Cómo lo ha sabido? Porque ustedes desde las alturas lo ven todo fantástico, pero cuando aterrizan, pierden los papeles».

Algo de verdad hay en lo uno y en lo otro, pero lo cierto es que ambos sectores crecen y mejoran sus rendimientos.

De nuevo hemos de preguntarnos: ¿por qué las empresas piden consejos Nadie sabe bien por qué. Forma parte de la rutina empresarial.

 

Fuente: La empresa: un striptease. Ediciones Gestión 2000. Barcelona.2007.

 

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