Ciertamente la filosofía va a usar la razón o el logos rompiendo el encantamiento mítico...

Ciertamente la filosofía va a usar la razón o el logos rompiendo el encantamiento mítico. Ahora bien, ¿podemos precisar un poco más el corte que va a darse en el momento en el que la razón suplanta al mito? Aunque se trata de un terreno muy trillado, vamos a pisarlo de manera que, así, precisemos también lo que anteriormente hemos dicho. Mito, entre sus muchos significados, quiere decir aquí narración o cuento, mientras que “logos” se refiere a la razón o el argumento. Sucede, sin embargo, que en el cambio que de uno a otro se operó en Grecia y en el que oficiaron de mediadores los sabios no hay una línea nítida que nos posibilite decir esto es mito y esto es logos o razón. Las cosas, en su materialidad, suelen estar mucho más mezcladas. Lo hemos visto: algunos protofilósofos eran aún presas, en parte, del mito cuando utilizaban la razón. Heráclito, que pasa por ser uno de los filósofos más abstractos y lógicos que han existido, se expresa con frecuencia con el lenguaje de los mitos, y nos habla, por ejemplo, de la justicia de Zeus o de que todo está lleno de dioses. Además, y como insiste una y otra vez el historiador Kirk, no hay algo a lo que se le pueda llamar, de modo compacto, mito. Lo que existe es un conjunto de leyendas, imágenes, seudoexplicaciones, etc., y todo ello lo encapsulamos bajo la etiqueta de mito. Más aún, en algunos momentos los mitos estuvieron muy racionalizados. Si se lee a Homero, lectura que nadie debería ahorrarse si desea gozar y conocer a los ancestros, se encontrará con que muchos mitos funcionan como máximas o paradigmas de conducta moral a los que se atenía el griego. Por otro lado, y como no me he cansado de indicar, la desaparición del mito a favor del logos se hace con mezclas de ambos, traspiés, idas hacia atrás y hacia delante, no de una manera semejante a una línea sin retroceso alguno.

 

Fuente: La Filosofía. Javier Sádaba. Maeva Ediciones. Madrid. 2002.

 

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