Cuanto más sabemos de la cognición animal, más ejemplos de esta clase salen a la luz. El primatólogo norteamericano Chris Martin, en el PRI de Japón, ha destapado otro fuerte de los chimpancés. Les hizo participar en un juego de ordenador competitivo en pantallas separadas que requería anticiparse a los movimientos del rival. ¿Podrían adelantarse a su oponente basándose en sus decisiones previas, un poco como en el juego de piedra-papel-tijeras? Martin puso a prueba a sujetos humanos con el mismo juego. Pues bien, los chimpancés superaron a los humanos, alcanzando el rendimiento óptimo de una manera más rápida y completa que los miembros de nuestra especie. Los científicos atribuyen esta aptitud de los chimpancés a la necesidad de predecir los movimientos y contra-movimientos de los rivales.
Este hallazgo resonó en mi cabeza, dado lo que conozco de la política y las tácticas preventivas de los chimpancés. Puesto que en esta especie el rango se basa en alianzas, donde los machos se apoyan mutuamente, los machos alfa protegen su reinado mediante una estrategia de divide y vencerás. Les irrita particularmente que algún rival intime con uno de sus aliados, e intentan prevenir las connivencias hostiles. Además, los machos involucrados en luchas de poder se granjean el favor de las hembras jugando con sus crías, una conducta no muy diferente de los candidatos presidenciales que levantan niños en el aire en cuanto ven una cámara cerca. El apoyo femenino puede marcar la diferencia en las rivalidades masculinas. Dada la astucia táctica de los chimpancés, es un gran avance que los juegos de ordenador nos ayuden ahora a poner a prueba estas notables aptitudes.
Fuente: ¿Tenemos suficiente inteligencia para entender la inteligencia de los animales? Frans de Waal. Tusquets Editores. Barcelona. 2016.