El animal sufre cuando es incapaz de llevar a cabo las acciones que normalmente reducirían su riesgo de morir o no reproducirse...

El animal sufre cuando es incapaz de llevar a cabo las acciones que normalmente reducirían su riesgo de morir o no reproducirse. Un claro signo de que la eficacia biológica (fitness) de un animal está amenazada es la disminución de su salud fisiológica o psicológica. La mala salud y las heridas son indicadores importantes de sufrimiento. Sin embargo, también un animal con buena salud podría sufrir, incluso cuando sólo se lo sometiese a condiciones de bajo coste biológico. El coste biológico de una conducta (o de su omisión) es la disminución de la probabilidad de sobrevivir y reproducirse como resultado de efectuar (u omitir) esa conducta. Pero este coste puede ser distinto del coste percibido por el animal, sobre todo si el animal está siendo retenido en un medio muy distinto de aquel en que evolucionó la conducta de su especie. Por ejemplo, un ave de una especie migratoria que migra en otoño, retenida en una jaula, puede estar bien cuidada y alimentada, e incluso tener en la jaula mayor probabilidad de sobrevivir que sus compañeras libres a punto de emprender la migración. Pero su conducta no ha evolucionado para adaptarse a esa circunstancia. En otoño tratará de migrar y sufrirá mucho si no puede hacerlo. Sus repetidos intentos de escapar muestran su motivación y su frustración. Las aves salvajes de la misma especie que no migran tendrán pocas probabilidades de superar el frío y oscuro invierno. El pájaro enjaulado percibirá el costo de quedarse como el riesgo de muerte, aunque objetivamente no esté en peligro. Por ello hay que distinguir el coste biológico objetivo del costo subjetivamente percibido por el animal, que es el que se manifiesta como sufrimiento. La salud requiere que el animal esté libre de enfermedades y heridas y libre de amenazas inmediatas a su supervivencia y reproducción. Un animal confinado puede estar en buena salud, y a pesar de ello sufrir, si el costo percibido de su confinamiento es alto. La salud psíquica implica que los costos percibidos son bajos.

 

Fuente: Vivan los animales. Jesús Mosterín. Editorial Debate. Madrid. 1998.

 

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