El concepto de espiritualidad puede limitar nuestra perspectiva en lugar de ampliarla...(Jon Kabat-Zinn)

El concepto de espiritualidad  puede limitar nuestra perspectiva en lugar de ampliarla. Con demasiada frecuencia, se piensa que algunas cosas son espirituales y se excluyen otras. ¿Es espiritual la ciencia?  ¿Es espiritual el hecho de ser padre o madre? ¿Son espirituales los perros? ¿Es espiritual el cuerpo? ¿Es espiritual la mente? ¿Lo es el nacimiento de un niño? ¿Lo es comer? ¿Y qué hay de pintar, tocar el piano o escalar una montaña? Obviamente, todo depende de cómo uno se relacione con todo esto, de cómo lo sostenga en la conciencia.

La atención plena permite que todo resplandezca con la luminosidad que la palabra espiritual pretende connotar. Einstein habló de “ese sentimiento religioso cósmico” que experimentaba al contemplar el orden subyacente del universo físico. La gran genetista Barbara McClintock  -cuya investigación fue tanto ignorada como desdeñada por sus colegas varones durante muchos años hasta que fue reconocida, finalmente, a la edad de 80 años, con el Premio Nobel- dijo que, en sus esfuerzos por comprender las complejidades de las características genéticas del maíz, experimentaba un “sentimiento especial hacia lo vivo”. En última instancia, tal vez la palabra espiritual  simplemente signifique experimentar la totalidad y la interconexión de forma directa, ver que la individualidad y la totalidad están entrelazadas, que nada está separado o carece de relación con todo lo demás. Si vemos las cosas de ese modo, entonces todo se vuelve espiritual en su sentido más profundo. Dedicarse a la ciencia es espiritual. Y también lo es lavar los platos. Es la experiencia interna lo que cuenta. Y tenemos que estar presentes para ella. Todo lo demás no son más que pensamientos.

 

Fuente: Mindfulness en la vida cotidiana. Jon Kabat-Zinn. Ediciones Paidós Ibérica. Barcelona. 2009.

 

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