El concepto de la igualdad considera el </i> statu quo </i> masculino como la condición a la que aspiran las mujeres...

El concepto de la igualdad considera el statu quo masculino como la condición a la que aspiran las mujeres. Los hombres viven y trabajan en una sociedad tiránica y con una aterradora falta de libertad. Una sociedad construida sobre la base de la opresión de los varones más jóvenes por los de más edad, de la tutela de los varones favoritos elegidos como sucesores en detrimento de los demás, de alianzas y conspiraciones, de ritos de iniciación y hermanamiento de sangre, de conductas antisociales compartidas, de ostracismos y castigos, de bromas pesadas, del espíritu de clan y la discriminación. En cuanto una mujer entra en un reducto masculino, sea la policía, las fuerzas armadas, la obra, la carrera judicial o el clero, se encuentra inmersa en un mundo ajeno y hostil que la transforma de un modo fundamental, aunque se esfuerce por ejercer una mínima influencia sobre él. Estos reductos masculinos, construidos para resistir las injerencias externas, han consolidado y perfeccionado sus métodos para conseguirlo a lo largo de muchas generaciones y son prácticamente impermeables a cualquier transformación. Los que aspiran a ocupar un lugar en sus filas tienen que aprender los resortes secretos y esgrimirlos luego para deshacerse de sus rivales. La mujer que llega a ser dirigente de un partido político convencional habrá tenido que demostrar que puede ser más despiadada que los hombres que militan en él.

 

Fuente: La mujer completa. Germaine Greer. Editorial Kairós. Barcelona. 2000.

 

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