El ser humano es un <i>zoon politikon</i>, un ser vivo social (político)...

El ser humano es un zoon politikon, un ser vivo social (político). Para la conservación y perfeccionamiento de la vida, necesita la comunidad de los otros. Al igual que para Platón, también para Aristóteles la comunidad moral de los ciudadanos en un Estado bueno fundado sobre la ley y la virtud, es la forma suprema y auténtica de la moralidad. La política no es otra que ética aplicada. La contemplación de la virtud es sólo la etapa previa y la parte teórica de la ética, pero la teoría del Estado es su parte práctica y aplicada. También Aristóteles nos da tanto una crítica de las regímenes posibles de gobierno como una exposición del Estado ideal. Entre los modos de gobierno, él distingue, atendiendo, según el modo tradicional, al número de gobernantes, la monarquía, como gobierno de un individuo, la aristocracia, como gobierno de unos pocos, la politie como gobierno de muchos. Frente a estas formas, y como respectiva degeneración suya, están la tiranía, la oligarquía y la democracia. De las tres formas, no le da él la preferencia incondicional a una sola, sino que observa que el régimen de gobierno debe orientarse por las necesidades concretas del pueblo en cuestión y en el tiempo de que se trate. Ello desembocará a menudo en una sana mezcla de formas, debiendo mezclarse del modo más favorable los elementos democráticos y aristocráticos, de tal modo que el estamento intermedio constituya el centro del Estado. Se asegura con ello del mejor modo la estabilidad y se evitan los extremos. Aristóteles no culminó su teoría del Estado ideal. Coincide con Platón en que sólo puede imaginarse el Estado ideal en las proporciones, espacialmente limitadas, de una ciudad-Estado griega. No llega a tener en consideración otra cosa diferente. Evidentemente, en este punto, no comprendió los signos de su tiempo, que apuntaban a la formación de grandes imperios, y, en el fondo de su corazón, a pesar de ponerse a favor del rey macedonio, seguía apegado a las formas estatales del pasado griego. La esclavitud, dicho sea de paso, le parece algo tan natural como a sus compatriotas. Valora en muy alto grado el matrimonio, la familia y la comunidad. Muestra que el postulado platónico de sacrificar al Estado el matrimonio y la propiedad privada, no sólo es irrealizable, sino que, de un modo equivocado, considera al Estado como un ser unitario, constituido por individuos, mientras que, en verdad, la comunidad estatal tiene que ser un todo articulado en subcomunidades.

 

Fuente: Historia universal de la filosofía. Hans Joachim Störig. Editorial Tecnos. Madrid.1997.

 

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