En cuanto al asunto de Cataluña que nos ocupa, prácticamente todos los medios de comunicación españoles...(Ramón Cotarelo)

En cuanto al asunto de Cataluña que nos ocupa, prácticamente todos los medios de comunicación españoles son contrarios al independentismo catalán, como alimentados que están por periodistas e intelectuales nacionalistas españoles, tanto del sector más agresivo como del más dialogante. Los medios no tienen una actitud equidistante, ni siquiera objetiva. Son militantes, como lo señalan Hallin y Mancini en su estudio sobre los sistemas comparados de medios de comunicación que ya hemos citado (Hallin y Mancini, 2008). En un primer momento, cabría pensar que la razón de esta animadversión cerrada en medios que, en principio, viven de narrar la realidad como se produce, y no como ellos quisieran que se produjera, probablemente tenga que ver con la cuestión de las audiencias. La independencia de Cataluña disminuiría la difusión de los medios españoles. Pero esta es una interpretación seguramente materialista en exceso, y es probable que se den otras motivaciones.

Los gobernantes españoles y la mayoría de los medios de comunicación comparten una determinada idea de España. De esta forma, aunque el tratamiento de la cuestión catalana en los medios estatales es muy variada, en el fondo lo es en una gama muy sucinta de tonalidades, que va desde la simple animadversión hasta el odio más profundo. En ambos casos, los medios siguen las consignas de los gobernantes, aunque puedan hacerlo con buena conciencia y sosiego. No es infrecuente que El País editorialice con solemnidad puntos de vista fabricados en La Moncloa, y es absolutamente usual que comparta con ella criterios, símbolos, imágenes, metáforas, el stuff de que está hecha la comunicación política. Y eso tratando del medio más reconocidamente profesional y de mayor calidad en cuanto a cuestiones de comunicación y respeto a los derechos de expresión e información. Los otros medios recogen los puntos de vista oficiales de los sectores más extremos y radicales, incluso si no son ellos mismos quienes fabrican la doctrina que luego tratan de vender a las instancias de gobierno como medidas políticas que conviene aplicar. Pero, además, los medios tienen una tendencia intrínseca a transitar por la vía del escándalo y la exageración. Es difícil resistirse a esa afición en una sociedad en la que esta cuenta con una demanda considerable. Ahí ya campa por sus respetos el odio más profundo. Eso es especialmente visible en programas de radio dominados por periodistas muy conocidos, como Carlos Herrera (RNE) o Federico Jiménez Losantos (esRadio), básicamente dedicados a insultar a quienes piensen de forma distinta y, por supuesto, a los independentistas catalanes . O programas y tertulias televisivas, como los de 13 TV (un canal de la Iglesia, sostenido con el dinero de todos los contribuyentes) o los de los canales de la televisión pública (TVE, Telemadrid), en los que reina la agresión y la difamación  de todo lo que no sea la línea oficial del medio y, por descontado muy especialmente, el independentismo catalán.

 

Fuente: La República Catalana. Ramón Cotarelo. Ara Llibres. Barcelona. 2016.

 

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