En el célebre mito que Platón cuenta en el libro VII de La república, los hombres, encadenados en el fondo de una caverna oscura...(Carlo Rovelli)

En el célebre mito que Platón cuenta en el libro VII de La república, los hombres, encadenados en el fondo de una caverna oscura, sólo ven las sombras que un fuego que arde a sus espaldas proyecta en la pared, frente a ellos. Piensan que ésa es la realidad. Uno de ellos se libera, sale al exterior y descubre la luz del sol y el vasto mundo. Al principio la luz lo ciega, lo confunde: sus ojos no están acostumbrados. Pero al final ve y vuelve a la cueva a decirles a sus compañeros lo que ha visto. A éstos les cuesta creerlo. Nosotros estamos también en el fondo de una caverna, encadenados a nuestra ignorancia, a nuestros prejuicios, y nuestros débiles sentidos nos muestran sombras. Querer ver más lejos muchas veces nos confunde: no estamos acostumbrados. Pero lo intentamos. La ciencia es eso. El pensamiento científico explota el mundo y lo dibuja una y otra vez, ofreciéndonos imágenes cada vez más completas: nos enseña a pensarlo de manera más eficaz. La ciencia es una exploración continua de formas de pensamiento. Su fuerza es la capacidad visionaria de superar ideas preconcebidas, desvelar nuevos territorios de lo real y construir imágenes del mundo más precisas. Esta aventura se basa en todo el conocimiento acumulado, pero su alma es el cambio. Mirar más lejos. El mundo es ilimitado e iridiscente; queremos verlo. Estamos inmersos en su misterio y su belleza, y al otro lado de la colina hay territorios que siguen sin explorar. La incertidumbre en la que nos hallamos sumidos, la inseguridad que nos causa estar suspendidos sobre el abismo inmenso de lo que no conocemos, no hacen que la vida sea absurda: hacen que sea preciosa.

 

Fuente: La realidad no es lo que parece. Carlo Rovelli. Tusquets Editores. Barcelona. 2015.

 

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