Hemos oído hablar mucho sobre los beneficios del pensamiento positivo, y yo me uno a todos los que nos recomiendan tener una perspectiva más positiva...

Hemos oído hablar mucho sobre los beneficios del pensamiento positivo, y yo me uno a todos los que nos recomiendan tener una perspectiva más positiva y con más recursos respecto a nuestra participación diaria en la vida. Sin embargo, a este consejo yo le añadiría que se viera más como una búsqueda de las resonancias energéticas positivas que nos revitalizan en nuestra vida diaria. Hallar y experimentar estas vibraciones de energía positiva, a lo largo del día, forma parte de lo que significa vivir cargados de energía. Desde el mismo momento que empieces a utilizar la autocinética, te recomiendo que inicies el día con el deseo de atrapar tantos estremecimientos energéticos como te sea posible. Un estremecimiento es cualquier sensación corporal vibratoria naturalmente estimulada por un momento de inspiración. Es posible provocarlos de muchas maneras. Mantente a la expectativa de esa sonrisa especial de alguien, de la alegría radiante que emana de una pareja de enamorados ya mayores, de esa melodía que te emociona nada más escucharla o de las imprevisibles y encantadoras expresiones de la carita de un niño. Contempla, con otros ojos, tu entorno natural y ve si es posible descubrir que el viento mueve una hoja con más gracia que cualquier otro movimiento que pudieses descubrir en una pista de baile. Observa la vida de los perros y pregúntate por qué tantos místicos los consideran seres iluminados. Abre tu mano para atrapar una gota de lluvia o un copo de nieve y pregúntate hasta qué punto podría cambiar tu vida si hicieses todo esto con regularidad. Presta mayor atención a descubrir dónde se encuentran las mejores esencias y sabores escondidos de la ciudad. Acércate a una panadería e intenta utilizar más tu olfato. Pide un plato en un restaurante y concéntrate en su sabor. Haz todas estas cosas para facilitarte ese estremecimiento, ese hormigueo, ese contacto con la generosidad vital de la vida. Aprecia el hecho de que ese estremecimiento es la corriente de la fuerza vital universal y de que, si abres tu proceso sensorial, hallarás muchas maneras de conectarte a ella. Permite que tus oídos, tus ojos, tu boca, tu nariz, tus manos y tu cuerpo encuentren nuevas maneras de conectarse con la fuerza vital.

 

Fuente: Renueva tu energía. Dr.Bradford Keeney. Ediciones Urano. Barcelona. 1998.

 

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