La clase media, durante mucho tiempo voz de la razón y de la moderación en la vida política de las naciones industrializadas...

La clase media, durante mucho tiempo voz de la razón y de la moderación en la vida política de las naciones industrializadas, se encuentra afectada por las múltiples consecuencias del cambio tecnológico. Presionada por las reducciones salariales y por el creciente desempleo, importantes sectores de la clase media empiezan a buscar rápidas soluciones a las cambiantes fuerzas del mercado y a los cambios tecnológicos que destruyen sus antiguos sistemas de vida. En la práctica totalidad de las naciones industrializadas, el miedo a un futuro incierto lleva a un cada vez mayor número de personas desde la cima a los márgenes de la sociedad, donde buscan refugio en movimientos religiosos o en extremismos políticos que prometen restaurar el orden público y lograr que la gente pueda volver a trabajar.

Los crecientes niveles de desempleo global y la mayor polarización entre ricos y pobres crean las condiciones necesarias para la aparición de disturbios sociales y una guerra abierta de clases a una escala nunca experimentada, con anterioridad, en la historia humana. El crimen, la violencia indiscriminada y el estado de guerra de baja intensidad son aspectos incipientes de esta nueva situación, y muestran signos de que su tendencia será dramáticamente creciente en los próximos años. Una nueva forma de barbarismo está latente justo a las puertas del nuevo mundo. Más allá de las tranquilas zonas residenciales y de los enclaves urbanos de los ricos yacen millones de seres humanos desamparados y desesperados. Angustiados, encolerizados y con pocas esperanzas de poder huir de sus circunstancias en el futuro, son los que se supone defenderán los derechos, son las masas que demandan justicia y permanencia en la sociedad, los que piden ser oídos y considerados. Su número continúa creciendo a medida que millones de trabajadores se ven en el paro, sin expectativas y dejados a las puertas de la nueva aldea global tecnológica.

A pesar de que nuestros líderes aún hablan de empleo y de crimen, los dos grandes temas de nuestro tiempo, como si tan sólo estuviesen marginalmente relacionados, rehúsan reconocer el creciente nexo existente entre desplazamiento tecnológico, pérdida del puesto de trabajo y aparición de una clase fuera de la ley para la que el crimen es la última forma de asegurarse un pedazo del menguante pastel económico.

 

Fuente: El fin del trabajo. Jeremy Rifkin. Ediciones Paidós Ibérica. Barcelona. 1996.

 

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