La recuperación del liderazgo tiene mucho que ver con la creación de un cierto clima de confianza en materia económico-financiera...

F.G.: La recuperación del liderazgo tiene mucho que ver con la creación de un cierto clima de confianza en materia económico-financiera, y con la necesidad de remediar o aliviar las consecuencias sociales de la crisis que estamos viviendo. El segundo esfuerzo necesario –después del de información- es actuar para restablecer esa confianza en medio de una crisis que se agravará, porque no ha sido provocada por los atentados, que son sólo, repito, un catalizador gigantesco del problema. Pero, paradójicamente, debido a que ese catalizador existe, a que hay un parón brusco y dramático originado por el terror, quizás ahora podamos construir una reacción más ordenada. Obviamente es preciso, entre otras cosas, disminuir los tipos de interés y mantenerlos en ese nivel de forma perdurable, inyectar liquidez al sistema, y tomar medidas específicas que animen a los sectores más amenazados y eviten una recesión en cadena, que podría acabar destruyendo millones de empleos en Occidente. Por tanto, con gran dolor de corazón para los profetas de la nueva economía, creo que habrá que reeditar a Keynes, aunque sea en variables adaptables a las nuevas circunstancias. Pero ninguna de esas medicinas servirá si no vienen precedidas de las actitudes políticas. Porque ahora lo que reclaman los mercados financieros es saber quién manda, dónde está el poder en la globalización.

 

Fuente: El futuro no es lo que era. Felipe González/Juan Luís Cebrián.

 

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