Las consideraciones finales del capítulo precedente nos conducen a un análisis de tipo “macro”...

Las consideraciones  finales del capítulo precedente nos conducen a un análisis de tipo “macro”, según el cual, en vez del bienestar individual, se toma en consideración el bienestar de la sociedad, definido, en este contexto, como la suma algebraica de las condiciones de bienestar individual. Es esencial para efectuar este análisis una completa comprensión de la Quinta Ley Fundamental. No obstante, es preciso añadir  que de las cinco leyes fundamentales la Quinta es, desde luego, la más conocida y su corolario se cita con mucha frecuencia. Esta ley afirma que:

            La persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que existe.

El corolario de la ley dice así:

            El estúpido es más peligroso que el malvado.

La formulación de la ley y de su corolario es aún del tipo “micro”. Sin embargo, tal como hemos anunciado antes, la ley y su corolario tienen profundas implicaciones de naturaleza “macro”. El punto esencial que hay que tener en cuenta es éste: el resultado de la acción de un malvado perfecto, representa pura y simplemente una transferencia de riqueza y/o de bienestar. El malvado perfecto, con su acción, habrá añadido un “más” a su cuenta, “más” que equivaldrá exactamente al “menos” que ha ocasionado a otra persona. La sociedad en su conjunto no ha salido ni beneficiada ni perjudicada. Si todos los miembros de una sociedad fuesen malvados perfectos, la sociedad quedaría en una situación estancada, pero no se producirían grandes desastres. Todo quedaría reducido a transferencias masivas de riqueza y bienestar en favor de aquellos que actúan malvadamente.  Si todos los miembros de una sociedad actuaran malvadamente por turnos regulares, no solamente la sociedad entera, sino incluso cada uno de los individuos, se hallaría en un estado de perfecta estabilidad.

Pero cuando los estúpidos entran en acción, las cosas cambian completamente. Las personas estúpidas ocasionan pérdidas a otras personas sin obtener ningún beneficio para ellas mismas. Por consiguiente, la sociedad entera se empobrece.  

 

Fuente: Allegro ma non troppo. Carlo M.Cipolla.Editorial Crítica.Barcelona.1991.

 

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