Las multinacionales rebasan con creces los aspectos cuantitativos derivados de la mayor o menor penetración de sus mercancías en los mercados...

Las multinacionales rebasan con creces los aspectos cuantitativos derivados de la mayor o menor penetración de sus mercancías en los mercados. En primer lugar, tienen una gran influencia en las relaciones económicas y políticas internacionales y, en gran parte, han desempeñado un papel decisivo en el proceso de integración europea. Baste mencionar a este respecto que la “Mesa de los industriales europeos”, que agrupa a los dirigentes de las principales multinacionales del viejo continente, llegó a elaborar un informe público sobre las ideas que habían de animar la política económica que tuvo una importancia decisiva en la elaboración del Libro Blanco de Delors. En segundo lugar, la inmensa mayoría de los avances tecnológicos parte de ellas. La mejora de los productos y de los procesos de producción y los nuevos productos y los nuevos procesos casi siempre tienen su origen en una multinacional o, para su éxito, terminan siendo absorbidos por una de ellas. En tercer lugar, las multinacionales tejen una red de empresas proveedoras, de comercialización de sus productos, de asistencia técnica posventa y de servicios relacionados con sus productos o su actividad que dependen considerablemente de las decisiones de la casa matriz. Formalmente, estas empresas no son de la multinacional, pero su actividad y su propia existencia dependen totalmente de la misma. Finalmente, sus enormes volúmenes de capital, cifra de negocio y empleo las sitúan en una buena posición negociadora con los gobiernos, las convierten en uno de los principales operarios de los mercados financieros, etc.

Así pues, las multinacionales son la forma organizativa hegemónica del gran capital en el capitalismo tardío y, en consecuencia, su importancia y su poder son considerables. Al menos por lo que se refiere a las multinacionales, está claro que la ley de concentración y centralización del capital, que formuló Marx, se ha cumplido sobradamente.

 

Fuente: Macroeconomía y crisis mundial. Edición de Diego Guerrero. Editorial Trotta. Madrid. 2000.

 

« volver