Los europeos que han experimentado de forma muy directa la ocupación, la destrucción, la sucesión de distintos regímenes políticos...
Los europeos que han experimentado de forma muy directa la ocupación, la destrucción, la sucesión de distintos regímenes políticos -monarquía, fascismo, comunismo-, saben de manera intuitiva lo que es el cambio político. Conocen la tremenda capacidad de adaptación que puede llegar a tener el comportamiento humano y el modo en que algunos de los más preciados valores de una sociedad cambian -de forma cruel, si es necesario- para acomodarse a las circunstancias. Saben que no existe ninguna sociedad invariable y que, como dijo D.H. Lawrence, "la vida del hombre se rige por la mentira".
Sin embargo, como desde la guerra civil los norteamericanos no hemos sufrido ninguna convulsión interna de carácter violento, carecemos de una conciencia de la transformación histórica y, en consecuencia, tendemos a imaginar el futuro con optimismo: un futuro estable que nos reportará un mayor nivel de riqueza o incluso de justicia en el marco de una nación invariable. La historia nos enseña que una estabilidad así es altamente improbable.
Fuente: Viaje al futuro del imperio. Robert D.Kaplan.
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