Muchas personas consiguen un buen descanso nocturno contando ovejas. Si es posible, se aconseja tener las ovejas en el dormitorio. Sin embargo, si eres alérgico a la lana (y la mayoría de los jerseys de lana que compro parecen serlo), puedes también cortejar el sueño contando panteras. Desde luego, siempre existe el peligro de que las panteras te devoren, pero si se sufre insomnio esto es verdaderamente lo mejor que te puede ocurrir.
Hasta ahora hemos hablado sólo del aspecto físico del sueño, que es el menos estético. Pero, ¿qué tal funciona tu mente y cómo resistes los traumatismos? ¿Qué pensamientos se filtran a través de tu grueso cráneo mientras te preparas para pasar la noche? ¿Está tu cerebro hecho un lío? ¿Lanza chispas y navega por los espacios siderales?
Si eres casado y si tu compañera de desayuno parece un pequeño ser verde de otro planeta, indudablemente te enfrentas con un problema grave. Supongamos que Sophia Loren sea la mujer de tus sueños. (No se trata más que de una conjetura hipotética, pues la mía resulta ser Sophia Loren, Marilyn Monroe y Ava Gardner combinadas. Pero en aras de la paz y de la tranquilidad, supongamos que sea Sophia Loren.) Ahora bien, en eso no hay ciertamente nada de malo. Millones de jóvenes americanos sanos de cuerpo y alma piensan en ella noche y día. Ahora bien, antes de atacar la cama, líbrate de esta locura y di: “Hombre”, o “Julio”, o cualquiera que sea tu nombre, “escucha, hombre (o Julio), voy a hablarte como un tío holandés. Estás casado con una mujer buena y fiel, de modo que piensa con pureza, hombre, piensa con pureza”.
Si esto no da resultado, toma un baño de pies calientes, tres tazas de cacao y, tan pronto como amanezca, salta de la cama y coge un avión de reacción para Las Vegas, Reno o la ciudad de Méjico.
Fuente: Groucho y yo. Groucho Marx. Tusquets Editor. Barcelona.1972.