Un estudio realizado en la Universidad del Estado de Ohio demostró que, como promedio, pasamos el setenta por ciento de las horas de vigilia participando en alguna forma de comunicación...
Un estudio realizado en la Universidad del Estado de Ohio demostró que, como promedio, pasamos el setenta por ciento de las horas de vigilia participando en alguna forma de comunicación. En estudios posteriores, los investigadores descubrieron que de este tiempo pasamos el nueve por ciento escribiendo, el dieciséis por ciento leyendo, el treinta por ciento hablando y el cuarenta y cinco por ciento escuchando. La mayor parte del tiempo que dedicamos a la comunicación lo pasamos escuchando.
Sin embargo, aunque todos aprendemos a hablar, leer y escribir, somos pocos quienes aprendemos a escuchar. Por más cursos de comunicación que ofrezcan las escuelas, en realidad no nos enseñan el arte de escuchar. No obstante, y por suerte, el arte de escuchar puede aprenderse.
El ideograma chino que compone el verbo “escuchar” lo comprenden “orejas”, “ojos”, “atención íntegra” y “corazón”. Estos son los ingredientes esenciales para escuchar bien. Un buen oyente presta atención, establece contacto visual, parafrasea, hace preguntas y da muestras de empatía. Escuchar no es una tarea sencilla; de hecho puede ser un duro trabajo. Tienes que ser activo, y debes permanecer centrado en el contenido y no dejarte distraer demasiado por la manera en que se exprese. Debes tener paciencia y dejar que el orador termine lo que tiene que decir.
Hay numerosos obstáculos para escuchar con eficacia. Una conversación se desarrolla a una media de 125 palabras por minuto, pero la mente humana es capaz de pensar entre 400 y 600 palabras por minuto, con lo que resulta bastante fácil que el oyente se distraiga.
Otro obstáculo para escuchar correctamente es la impaciencia por interrumpir al orador. En cuanto el orador hace una pausa para cobrar aliento, nos decimos a nosotros mismos: “¡Es mi oportunidad!”, e interrumpimos. ¡Los estudios demuestran que las últimas palabras de las personas contienen el ochenta por ciento del significado de su comunicación! Aprende a tener paciencia y guardar silencio. Albert Einstein dijo una vez que el secreto de su éxito era X + Y = A, donde X representa el trabajo, Y representa el juego y A mantener la boca cerrada.
Fuente: El Estrés. Arthur Rowshan. Ediciones Oniro. Barcelona. 2000.
« volver